Por eso sus mejores empresas y universidades están trabajando de forma coordinada en un proyecto puntero, el Hexa-X
Imagina un día normal en la década de 2030. Comienzas con tu robot doméstico trayendo tu café tal y como te gusta mientras escaneas las noticias en tu móvil de realidad mixta. Te pones tu traje de exoesqueleto inteligente y sales a trabajar”. Andrés Vicente, CEO de Ericsson Iberia, invita a soñar con el futuro. Él lleva tiempo intentando que esos sueños se conviertan en realidad. Seguimos en 2030: “cuando te vas de casa, tu perro guardián electrónico comienza su servicio de vigilancia en el hogar, coordinado con otros sistemas similares en el vecindario. Te instalas en tu vehículo autónomo y tu bot personal abre las tareas principales del día. Recuerdas cuánto tiempo se perdía en el pasado con los atascos. Al finalizar tu jornada, disfrutas de más tiempo libre que nunca para el entretenimiento. Lo haces con experiencias de realidad virtual multisensoriales y haciendo llamadas holográficas a familiares y amigos. Te preguntas cómo has podido vivir sin estos dispositivos cruciales tanto tiempo”.
Mientras que el usuario empieza a familiarizarse con la tecnología 5G, las grandes empresas e instituciones de Europa ya están sentando las bases del siguiente salto generacional. El 6G promete cambiar el mundo en formas que, por ahora, solo son posibles en nuestra imaginación.
Hexa-X es el proyecto insignia de Europa en la investigación de este campo. Entre los participantes se encuentran las empresas más punteras del sector de la comunicación: Ericsson, Nokia, Telefónica, Orange, Siemens, Telecom Italia… También involucra a investigadores académicos de centros de referencia, como la Universidad Carlos III de Madrid, la de Aalto de Finlandia, el Politécnico de Pisa o el de Turín. “El objetivo de Hexa-X es desarrollar una visión de los futuros sistemas 6G y poner en marcha habilitadores tecnológicos clave para conectar los mundos humano, físico y digital”, explica Vicente. Y hacerlo de forma coordinada en todo el continente.
Aunque Europa sufrió algunos retrasos en el despliegue del 5G, en estos momentos, la industria europea es líder en esta tecnología. Y de cara al salto tecnológico que supondrá el 6G, estaremos mucho más preparados, porque contaremos desde el inicio con una posición común y una estrategia compartida por todos los Estados miembros. Esa es una de las principales metas de Hexa-X
“Como líder técnico, la contribución de Ericsson será fundamental para sentar las bases de los futuros casos de uso como MIMO distribuido, el aprendizaje automático (AI/ML) y la visión y la arquitectura general del 6G”, señala Vicente. Y esto es solo el principio. Con velocidades 50 veces superiores al 5G, acceso permanente y consumo energético reducido, la red del futuro no será una realidad hasta finales de esta década. “Estamos dando los primeros pasos en 6G por lo que aún no tenemos grandes certezas, sino más bien líneas que se están explorando”, señala Carlos Jesús Bernardos Cano, investigador de la Carlos III. Cano participa en Hexa-X y es co-editor del libro blanco europeo sobre el 6G. Está trazando esas líneas a explorar.
El 6G será uno de los pilares básicos de las sociedades del futuro, como apunta el libro. Y hay que conseguir que ese progreso esté alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Por ello, Europa debe tomar un papel protagonista en todo lo relacionado ocn el 6G y se debería apostar por desarrollar esta tecnología desde una óptica europea, más garantista. “Esta (r)evolución debe estar en consonancia con los principales valores sociales de Europa en términos de privacidad, seguridad, transparencia e inclusión”, señala Bernardos Cano en el libro. “Las tecnologías digitales también se están volviendo un medio crítico y esencial para garantizar la soberanía de los países. El desarrollo de infraestructuras y soluciones 6G basadas en Europa es una de las claves para asegurar la soberanía europea en tecnologías y sistemas críticos”.
Una copia del mundo físico en el virtual
El 6G supondrá una conexión mucho más rica y compleja que la vista hasta ahora. Se podrán crear copias del mundo físico en el virtual. Son los llamados gemelos digitales. Esta tecnología ya está siendo usada con el 5G en el ámbito industrial: “permiten predecir y actuar sobre lo que está ocurriendo en el mundo real, aplicando y probando soluciones en un entorno virtual”, señala Bernardos Cano. Un caso práctico, por ejemplo, es el que se da en el Puerto de Livorno, Italia, donde Ericsson ha implementado ya un gemelo digital. “Gracias a la información recogida en tiempo real por sensores inteligentes, cámaras y vehículos, se puede generar un sistema de control de operaciones basado en IA con el que determinar las tareas y actividades logísticas”, señala Vicente. Gracias a las pruebas que se realizan en el puerto virtual, el puerto real ha mejorado su eficiencia y reducido su coste energético.
El 6G permitirá crear estos gemelos a mayor escala y complejidad, traduciendo ciudades enteras (con su flujo de tráfico, de personas, sus sistemas hidráulicos, eléctricos…) a un entorno virtual. No se trata exactamente del metaverso. Este mundo digital, aún en construcción, bebe de ideas de la ciencia ficción (como la novela Snow Crash de Neal Stephenson o Ready Player One, de Ernest Cline) y está siendo proyectado por grandes empresas más centradas en el ocio, como Meta, Epic Games o Microsoft. La idea es más similar a la de un videojuego inmersivo.
El gemelo digital, por contra, es un concepto que nace de los procesos industriales y empresariales, donde ya se está usando. Trata de replicar perfectamente objetos, máquinas y humanos en forma de avatares. Supone una complejidad mayor, pues no se trata de dibujar un escenario hueco, un trampantojo de realidad, como si fuera un videojuego. Aquí se tiene que representar la realidad con todos los datos que encierra más allá de su carcasa para plantear escenarios posibles y ver cómo reacciona este gemelo digital.
Un avatar del metaverso nos puede servir para realizar una videollamada en la que no queremos enseñar nuestra cara real en la pantalla. Un gemelo digital serviría, por ejemplo, para analizar cómo podría reaccionar nuestro cuerpo a una operación. Es menos vistoso, pero mucho más útil y complejo.
No será el único avance que permitirá la conexión 6G. Bernardos Cano destaca la telepresencia y las comunicaciones holográficas. Vicente añade el internet de los sentidos (donde la información no solo será visual y sonora) y la normalización de un neologismo: los cobots. “En la era de la automatización y la robotización, la forma en la que los humanos trabajan junto con los robots es cada vez más importante. Los cobots industriales o robots colaborativos están diseñados para poder cooperar con los humanos de una manera inteligente y segura, y están llamados a convertirse en una parte clave de la industria 4.0.”
Lea la nota completa en: Hexa X : El país.
Fotografía: El gemelo digital nace de los procesos industriales y empresariales, donde ya se está usando. Trata de replicar perfectamente objetos, máquinas y humanos en forma de avatares.GETTY IMAGES/ISTOCK
Fuente: El País
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