Todos los días, recursos valiosos son evacuados a través del inodoro.

Ni qué decir de los lavamanos, duchas y desagües industriales del mundo. Cuando finalmente se abre paso hasta las alcantarillas – o, peor aún, hasta nuestros arroyos y ríos – habremos desperdiciado una valiosísima fuente de agua, energía, y nutrientes: para decirlo en dos palabras, las aguas residuales.

A pesar de los beneficios ambientales ya probados, de salud, económicos y financieros de reutilizar las aguas residuales, un asombroso 80 % a nivel mundial es vertido en el ambiente sin tratamiento adecuado.  Con una población en crecimiento y una demanda de recursos hídricos en ascenso, no reutilizar las aguas residuales es una práctica cada día más insostenible e inaceptable.

Apenas seis de cada 10 habitantes de América Latina cuentan con conexión domiciliaria a una red de alcantarillado, y un escaso 30 a 40 % de las aguas residuales recolectadas es sometida a tratamiento.  Estas cifras son sorprendentes dado los altos niveles de urbanización e ingresos, y acarrean graves consecuencias para la salud pública, la sostenibilidad ambiental y la equidad social.

¿Qué están haciendo los países latinoamericanos para enfrentar este inmenso desafío? Tenemos un excelente ejemplo en Guayaquil, Ecuador.

Guayaquil, un importante puerto que concentra la mayor población urbana de Ecuador, está ubicado en la ribera occidental del río Guayas, que desemboca en el Océano Pacífico.  La contaminación por aguas servidas de los ríos y estuarios ha afectado a la ciudad durante décadas; sin embargo, inversiones recientes en la recolección y el tratamiento de aguas residuales ya están generando mejoras en la calidad del agua y reduciendo la contaminación.

Actualmente, Guayaquil está tomando medidas para mejorar su infraestructura para el manejo de aguas residuales con apoyo del Banco Mundial, convirtiéndose rápidamente en un modelo a seguir para la región.

Con base en su experiencia no solo en otras regiones de América Latina sino también en todo el mundo, el Banco Mundial ha promovido y facilitado la incorporación de un enfoque holístico en el abordaje de la gestión de las aguas residuales , especialmente en las siguientes áreas:

  • Cerciorarse de que el proyecto incide en todos los aspectos fundamentales de la cadena de servicios de saneamiento seguro, entre ellos infraestructura para el tratamiento de aguas residuales, rehabilitación de la red de alcantarillado y ampliación de la cobertura a los pobres, así como asistencia para ayudar a los clientes a reacomodar sus conexiones internas de agua y saneamiento de manera tal que estén conectadas efectivamente a la red.  Este enfoque se basa en una metodología de conexión existente desarrollada en Guayaquil que emplea intervenciones sociales y de sensibilización de la población acerca de los problemas de saneamiento.  Esta metodología y conocimiento son activamente socializados con otras empresas de servicio público a nivel regional y global y son consideradas buenas prácticas.
  • A través de, entre otras cosas, controles a la calidad del agua en las zonas de la ciudad ubicadas aguas arriba, apoyar a la empresa de servicio público en la optimización de sus operaciones de tratamiento de agua, la planificación mejorada de las inversiones en saneamiento, así como, al final, el mejoramiento de la rendición de cuentas sobre la gestión ambiental de descontaminación y la conciencia ambiental.
  • Desarrollar un enfoque de gestión integral del agua urbana para la planificación del desarrollo urbano en áreas de la ciudad en expansión que actualmente están menos consolidadas y requieren intervenciones en alcantarillado urbano y gestión de aguas residuales.
  • Desde que se inició su ejecución en 2016, el proyecto ha concentrado esfuerzos en tres frentes: generación de energía en los procesos de las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR), planificación de cuencas hidrográficas, y fiscalización.  Conjuntamente, estos enfoques están reduciendo la contaminación, ayudando en la lucha contra la escasez de agua, protegiendo la salud pública y contribuyendo a impulsar la transición de la ciudad hacia una “economía circular”. A continuación, se detalla el cómo:
  • Generación de energía en los procesos de las plantas de tratamiento
  • Dos nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR), Las Esclusas y Los Merinos, están siendo construidas y licitadas, respectivamente, para tratar el 100 % de las aguas residuales domésticas recolectadas en las cuencas de los sectores sur y noreste de Guayaquil.  Ambas PTAR incorporarán instalaciones de cogeneración eléctrica, transformando en electricidad el biogás proveniente de los digestores de lodo.  Se estima que el potencial de generación de las plantas podría cubrir entre el 35 % y el 40 % de las necesidades energéticas para operar las PTAR.
  • Planificación de cuencas hidrográficas
  • El enfoque integral de planificación de cuencas hidrográficas ayuda a los planificadores a entender mejor los factores estresantes que afectan la calidad del agua, conducen a diseños más inteligentes de los proyectos de aguas residuales y facilitan la identificación de oportunidades de reutilización de las aguas residuales.  La Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil, EMAPAG, encargó el desarrollo de un modelo hidrodinámico e hidrológico destinado a evaluar los efectos de la descarga de efluentes de la planta Los Merinos en la calidad del agua de los ríos y estuario Guayas y Daule.  El modelo demostró que, debido a los altos flujos y la dinámica de las mareas del sistema del Río Guayas, niveles de tratamiento primario serían suficientes para cumplir con los criterios de calidad del agua, lo cual aumentaría la eficiencia y la eficacia de la inversión en PTAR en mayor medida que lo originalmente planeado (originalmente se pensó que se requerirían niveles de tratamiento secundario para esta planta).
  • Fiscalización
  • Establecer metas y criterios razonables para la calidad de los efluentes es crucial para la reutilización y recuperación del recurso hídrico .  Los criterios deben basarse en las características del cuerpo de agua receptor y/o en las necesidades de reutilización del agua.  Los países tienden a observar los criterios generales de descarga porque son más fáciles de implementar y hacer cumplir, pero los criterios que se guían por el cuerpo de agua receptor son más eficientes y eficaces.  Como se demostró en el ejemplo de Guayaquil, la modelación de la capacidad de absorción de un cuerpo de agua puede, por ejemplo, reducir los gastos de capital y de operación y mantenimiento del tratamiento más adelante.
  • En 2016, Ecuador aprobó una estrategia sectorial nacional que establecía que la meta del acceso universal y equitativo a servicios de agua potable y saneamiento (APS) debía ser alcanzada en 2030.  Un elemento central de este objetivo son las inversiones robustas en infraestructura para el tratamiento de aguas residuales. 
  • El proyecto de Guayaquil demuestra que existe una oportunidad para garantizar que dichas inversiones se efectúen de la manera más sostenible y eficiente posible, promoviendo enfoques que reduzcan el consumo de recursos , enfocándose en la recuperación de los recursos en el marco de los principios de la “economía circular”, todo ello enfocado en el  reconocimiento de que las aguas residuales no constituyen una carga, sino un recurso valioso.
  • Más información sobre el trabajo del Banco Mundial en agua y saneamiento

Acceso al informe De residuo a recurso: Cambiando paradigmas para intervenciones más inteligentes para la gestión de aguas residuales en América Latina y el Caribe

Fuente https://blogs.worldbank.org

JEAN-MARTIN BRAULTIRIS MARMANILLO

TRANSPOWER SRL